viernes, 26 de septiembre de 2014

El Artificial

Relato de un extraño ser, que enamorado de una bruja ve incomprensible su condicion de ser creado a partir de un producto metal de ella.

mucho con relacion a la idealizacion y la creacion de ideales sobre las personas. 





una historia de amor a las orillas de lo incomprensible. 




El artificial.

Desde hace un tiempo venía visitándola a ella, no había día en el cual no llegará a recoger mis nervios en sus delicadas manos. Mis ojos pierden todo matiz cuando anidan dentro de los de ella. Moralia es creo casi sin equivocarme: ¡el amor concentrado en botella de Estilizado perfume!; ¡Sensual, delicada y de exquisita madurez!

¿Y cómo pues tal perfume no habría de ser codicia de todo ser por cuanto le conozca? ¡Tal es Pues la desgracia de toda la belleza! ¡Tal es la desgracia de la rosa en un mar de zarzas!

Desde hace años ella permanecía sola: decía que no gustaba el ser posesión de ningún otro ser. ¡Así es ella! todo hasta que nos conocimos en aquella noche bajo la lluvia.

Ella estaba al otro lado de la calle, viendo como cada gota caprichosa se estrellaba en el suelo embebido de agua, ¡hastiado este de tanta humedad!

Así me acerque a ella, le ofrecí mi compañía, y ella asintió con una delicada sonrisa.

Caminamos por las frías calles. Llegamos a su casa, así: tras cerrar la puerta de la habitación: El mundo cayó tras de nosotros; Me acerque lentamente por su espalda: con mis dedos fríos y cálidos recorrí lentamente su columna vertebral, mientras escarbaba a través de los broches de su vestido. Los adornos de la habitación transmutan en bella vegetación, las paredes estallan; abriendo así paso al bosque. Aquellos terribles pitidos de los autos degeneraron en cantos de pájaros inquietos.

¡El paraíso!: ¡mis manos sobre sus muslos!, ¡vertientes corren a través de sus labios jugosos! ¡Frías y frondosas raíces dieron felicidad a la caverna donde anidaban sus deseos! ¡En ese instante fui el árbol más feliz del mundo! ¡Y ella la montaña más armoniosa y serena!

¡No podría haber otro paisaje en la naturaleza que duplicará nuestra majestuosidad!

Así terminó nuestro primer encuentro, nos despedimos con la llegada de los primeros rayos del día. Y con mi último aliento le di un último beso. Deslizándome, y cerrando la puerta tras de mí.

Con el paso de los meses nuestro amor fue creciendo, al punto que me sería inconcebible la vida sin el abrigo de sus bellos pensamientos, es esa su sonrisa que da sentido a todo mí ser. Su diabólica, sutil y delicada belleza que simboliza lo plena, frondosa y fuerte que podría ser nuestra descendencia.

Pero así como no existe en el péndulo un punto que pueda llegar al cero: o en el vacío: algo Como el perfecto vacío. ¡Así no hay noche plena de oscuridad! ¡Ni día repleto de luz!

Una vez caminaba a su casa. En la parte superior de mis botas: una hermosa pluma de ave negra. Y en mi pecho: un pequeño pendiente que conseguí a costa de mucho sacrificio. Así pretendía presentarme delante de ella. Más antes de llegar a su casa, y en un pequeño café: la vi departiendo y bromeando con un gallardo joven. Se veía en ella la ilusión del amor, la pasión de la vida. Una mirada que conocía a medias. Ya que en nuestros encuentros nocturnos, siempre nos oprimía el deseo y la desesperación.

¡Aquí más bien!: su sonrisa era pura y tranquila. Ella se despide de él; rozando levemente sus manos. Y suspirando suavemente al verle partir. Tal cosa nunca le vi hacer conmigo. Ya que era yo quien partía por las noches suspirando por ella.

La seguí ese día, como siempre. Más ella fue inexpresiva ante mí. La vi leer un libro sobre seres mágicos. Partió a la cocina y dejó sobre la cama abierta la página donde hablaba sobre los íncubos y súcubos.

El mensaje me fue confuso al principio, por un instante pensé que aquel que yo vi era uno de esos extraños seres: ¡pero tal cosa no tendría fundamento!

Cada renglón de aquellas páginas era como un espejo que reflejaba sobre mi rostro la realidad de mí ser. ¡Yo era aquel que tomaba de su vitalidad! ¡Ahora que lo pienso, no tengo ningún recuerdo lejano!

Lo único que sé sobre mi es que la amo. ¡Para mí no hay tiempo más atrás de cuando la vi bajo la lluvia!

¿De dónde he salido? ¿Que soy? vi más a fondo la habitación: y note algo que antes no me pareció Fuera de lo natural: ¡Muchas repisas de libros!, ¡Muchas pinturas de sutil oscuridad! ¡Un ambiente jovial!, ¡pero acre y ácido!

Salió de la cocina y de sus hermosos labios surgieron estas palabras.

"¡ho...! mi más hermoso artificial. ¡Nunca pensé que pudiera enamorarme de un fugaz viento de mi delirio! ¡Sí!, en ti vi que la vida y el sentir es a veces más sutil: Que no solo lo que llamamos vida, es capaz de vivir. ¡Te libero mi hermoso íncubo artificial!, ¡ve y vaga por el mundo!: ¡Enamórate de toda bella doncella!, ¡cohabita con toda hermosa razón!".

Así colocó su mano derecha sobre sus labios, y lanzó un beso a mi ser tambaleante. El suave aire que salió de su boca lamió todo mi cuerpo; hasta disolverme y lanzarme hacia el frío de la noche. ¡Allá en la fría calle!, ¡donde todo comenzó! Allí la busco siempre, ¡mas no la encuentro!, ¡imposible es para mí recordar su rostro!, ¡lo único que guardo de ella es su delicado sabor!

Diariamente cohabito con las damas de esta tierra, de este parque: En todas ellas buscó aquella esencia maravillosa y embriagante, más así como no hay dos ramas iguales en el árbol de la vida. Así no hay perfume que pueda comparar con el de ella.

FIN.

jueves, 25 de septiembre de 2014

En Camara lenta 2

Continuacion de la historia de un foton.



Esta ves sin saber del porque sucede lo que sucede...



En cámara lenta 2


¿Qué es la vida?

Hace ya unos días el astronauta hacia reparaciones en la nave de exploración FOTON 01: esta era la primera nave espacial en atreverse a orbitar alrededor de un agujero negro.

Este agujero en particular se cree fue producto de la colisión de un Magnetar y una estrella errante de origen desconocido.

La capitán de la nave estaba desde hace ya muchos años obsesionada con ese punto en el cielo. Y fue gracias a la creación reciente de los puentes Einstein Rosen (Agujero de gusano), que le fue posible viajar al lugar que tanto le capturó desde su adolescencia.

Nuestro astronauta termina las reparaciones en las vías de comunicación de la nave, la cual orbita justo al borde de seguridad; donde no pueda ser drenada por el terrible abismo insondable.

De imprevisto un pequeño meteoro corta, filudo y punzante el cable de seguridad que lo mantenía unido, tal como un cordón umbilical, al casco de FOTON 01.

Y así las mareas de aquel oscuro ser lo atraían de forma implacable.

Durante un día anduvo, tratando de nadar o hacer algo que le regresara a la nave, pero los propulsores de su traje eran insuficientes en aquel ambiente de gravedad aumentada.

Dice el astronauta nostálgico y aletargado.

-    se ve allá  FOTON 01. Es desde aquí un tanto lejano y distante.

Fueron entonces ya dos días vagando por el vacío.

-    ¡aquí en la deriva del espacio todo es tan extraño!

-    ¿Soy yo un ciudadano del universo?

-    ¡No todo es silencio!

-    La posibilidad de un rescate es ya muy lejana, mi tanque de oxígeno híper comprimido a lo mucho durará un día más.

Exclama con algo de tortura y angustia en sus ojos y voz.

-    ¡un día más vagando a la deriva y la incertidumbre!

-    ¡Un día más en esta terrible soledad!

-    ¡Preferiría morir de un solo instante, y no enfrentarme a la terrible asfixia que viene…!

A la distancia se escuchan extraños sonidos; parecen venir de la nada.

-    Cada vez me acerco más al horizonte de sucesos: ¡Esa frontera donde termina todo! ¡Donde el tiempo se congela! ¡Donde me haré chorros de masa y energía!

A CINCO HORAS DEL HORIZONTE DE SUCESOS.

-    Los sonidos que escuche antes, tienen ahora más fuerza y energía. Son como pequeñas y gigantes hormigas parlantes: ¡Un mar entero de seres que me cuestionan!

-    ¿Por qué tuve que meterme en estas cosas?

Pasa frente a nuestro astronauta un grumo de una especie de líquido.

-    ¿Un líquido? ¡Imposible! Sé que este agujero negro no está cerca de ninguna estrella: ¡No hay aquí suficiente calor para un líquido!

Aparecen de forma fortuita en todo su derredor burbujas de aquel extraño líquido rojo. Se adhieren a su traje y lo cubren por completo, tal como si hiciera las veces de un útero o membrana sobre él.

Exclama el astronauta con pavor.

-    ¿Qué es esto?

A CUATRO HORAS DEL HORIZONTE DE SUCESOS.

Abre lentamente sus ojos el astronauta, su boca esta seca y hambrienta, sus labios resquebrajados. Los líquidos y la vitalidad han huido de él.

Se dice a si mismo con tono de sequedad en su voz.

-    ¿Qué es esto?

Ve el reflejo de su rostro en la parte frontal del casco, y su cadavérico rostro, se le asemeja espeluznante.

Sigue aterrado.

-    ¡Esto que me sucede no es normal! No es ni siquiera algo natural, o que deba ocurrir.

Los susurros lejanos son cada vez más claros: ¡Son cantos! ¡Extraños cantos! ¡Antiguos cantos!
A veces; voces de niños alegres, otras alabanzas de hombres altos y barbados, y como bellas y narcóticas sirenas, los arrullos de labios de mujer; ¡Cantos de mariposa!

Con asombro.

-    ¿Sera que mi mente me traiciona?

Así la membrana de líquido que lo cubría como útero de madre y sanguijuela, se aparta de él, y lo deja solo y desmayado en aquella soledad.

Lo único que ven sus ojos en ese instante de secante emoción, es el pequeño resplandor de FOTON 01 que lo saluda a la distancia.

A DOS HORAS DEL HORIZONTE DE SUCESOS.

Despierta el astronauta en una pradera, es de noche y el cielo está lleno de estrellas.

Una chica se encuentra cautivada, contemplando el cielo nocturno lleno de astros y soles distantes.

Se ve una explosión a la hondísima distancia, en una alejada región del cosmos, a sus ojos, es un brillo fugaz.

Exclama el astronauta sorprendido.

-    ¡Imposible! Puedo ver como en cámara lenta, un fotón vago y distante, penetra las dilatadas pupilas de esta chica.

Se acerca él a la chica y le dice cálidamente.

-    Hola.

Ella le responde con suma serenidad.

-    ¡Hola! ¿Qué tal estas?

El astronauta no logra entender lo que ven sus ojos; es la capitán de la nave quien lo saluda. Ella lo observa y ve su traje maltrecho por el efecto corrosivo de aquella extraña sustancia.
Ella le sonríe, y una luz intensa proviene de sus pupilas, una luz que disuelve el cuerpo del astronauta profusamente, así parecen desintegrarle, ¡Aquella chica es capaz de ver el cosmos!

Cae el astronauta desmayado en la pradera.

A 15 MINUTOS DEL HORIZONTE DE SUCESOS.

El astronauta despierta nuevamente en la inmensidad de aquel espacio grave, negro, profundo…

Siente profusos dolores que se expanden por todo su cuerpo. Las voces y cantos a la distancia son cada vez más potentes, al punto de aturdir sus oídos y pensamientos en un remolino de sombras.

Un profundo grito.

-    ¡Ha…!

Su traje se ve despedazado ante las mareas gravitatorias que lo insertan dentro de la singularidad.

EN EL HORIZONTE DE SUCESOS.

La luz distante de FOTON 01 se desvanece.

Exclama el astronauta extasiado.

-    ¡FOTON 01 se ve hermoso desde aquí!
-    A veces parece que lo perdiera de vista, y otras como si todo el universo estuviera cubierto por su forma.
-    ¡Increíble como esa chica ha llegado hasta acá! ¡Es increíble…!

Esas fueron las últimas palabras del astronauta antes de entrar en el espacio que lo conduciría a la singularidad espacio tiempo.

Todo el universo parecía girar, como un fulgurante anillo alrededor de aquella frontera invisible…

martes, 23 de septiembre de 2014

El Fantasma Historia Segunda

Segunda parte de la historia del fantasma, en esta ocasion en un extraño ¿sueño?



¡Quiza los sueños sean mas reales de lo que pensamos!



Historia Segunda.

Espíritus vegetales.

Caminaba yo por la acera vacía. El sereno nocturno incitaba mi pasión, ¡Mi motivo!, ¡Mi espíritu de aventura!, un extraño recuerdo viene: ¡de antiguo!, ¡de magnifico!, ¡de arcaico!
Sera que mi nueva condición expande mi memoria a tiempos remotos, no recuerdo nada de mi vida, pero sí, de la llanura.

Caminó por el bosque: en mí, todo el ímpetu del cazador: Adornado voy de pieles y dientes de bestias. Por mi rostro, el viento corre fabuloso. 

Tarde algo en darme cuenta que por mi mente no fluía lenguaje alguno. Esto era lo más parecido a no pensar: ¡no hay ningún ¡Yo!! Que pueda describirme el paisaje, no hay ninguna voz que domine mis acciones, ¡solo voy! En mi esta fija la imagen de mi presa, veo los posibles escenarios de captura mientras corro, de entre ellos voy por el más accesible, ¡por el más provechoso!, Así sin más, la tengo en mis fauces. Cada trozo de carne que atraviesa mi garganta, es como un viejo y conocido compañero, su frescura y solidez, incitan mi paladar a un veloz frenesí. 

Todo en ese momento es perfección. No hay stress, todo sirve única y exclusivamente para disfrutar mi alimento. 

Ya satisfecho, corro hacia mi cueva, en ella; ¡Mis amadas paredes!: Las he convertido en un homenaje a mi propia vida, hay en toda su extensión pinturas de cacería, ¡De grandes bestias!, ¡De hermosas plantas!, ¡De mis propias manos! Dentro de la caverna corría un pequeño y simpático arroyo: Sus aguas son tan claras y frías como la más hermosa media noche. 

Por el techo de la cueva se deja caer un delgado rayo de luz solar; reflejándose en las frescas aguas y dando vida a su sigilosa corriente. 

Relajado tomo del suelo un gracioso honguito: Es amarillo y con delicados tonos marrones en su base, ¡lo cómo! y luego de un instante todo se distorsiona: Las paredes de la cueva parecen rectas y delineadas formas, hay triángulos y círculos perfectos en todo mi derredor, sonidos armoniosos se unen al agua en caída, ¡el viento, y el rozar de las hojas!, ¡Es todo tan natural!

Se conduce el agua por la intrincada roca, y al hacerlo reproduce un constante e hipnótico sonido, del cual parece provenir una voz extraña. Esta me habla de mí mismo, en especial de cómo se disocia uno del ambiente, cuando la escucho ella misma es todo mí ser, se mueven por si solas mis extremidades, y yo soy solo para la voz: ¡analiza mis acciones!, ¡pone juez a lo que debe hacerse!, el hongo trajo hacia mí un espíritu consejero, ¡Un maestro!

Al final la historia desaparece, un gran vacío sirvió de guion a la siguiente escena. 

En ella estoy tirado en una charca de lodo, ¡Es todo tan relajante! ¡Tan cálido! Junto a mí un hongo a medio comer. ¡A lo lejos un ser invisible me llama nuevamente! vienen empaquetadas en su voz las imágenes que trae a mi memoria aquellos recuerdos. Ahora a cada imagen le adorno con una serie de sonidos provenientes de aquella voz lejana. Lentamente caigo en un extraño mareo: así ciento mi cuerpo envejecer, y mientras tanto la voz se acerca a mí, a tal punto de ser indistinguible: por instantes parece venir de fuera, y por otros es como si yo y la voz fuéramos uno solo.

El hongo ha traído a mí, desde un área lejana de mí mismo, la asociación entre el símbolo y el recuerdo: ¡El lenguaje! ¡Sí! Por primera vez me estoy hablando a mí mismo, ¡Por primera vez!, ¡estoy pensando!
Así regreso nuevamente a mi presente. ¿Es acaso ese mi primer recuerdo?, ¿pero cómo podría yo ser el fantasma de aquel antiguo ser? Recordé por un instante mi anterior obsesión con la Datura, ¿Será que aquella planta tiene algo para mí.

En ocasión de este pensamiento decidí buscarla. Anduve por un rato de aquí para allá, prestando atención a todo en derredor, así llegue hasta un  puente: Bajo el; un débil y raquítico rio se extendía cual si fuera la columna vertebral de los cerros. No pensé mucho en lo debido, todo surgió como si aquello fuera ya un acto prefabricado. Camine por sus orillas por un rato, la mágica luna llena daba a todo una leve fluorescencia. 
 
Así llegue a un campo de rocas: eran estas lisas y ovaladas, y allá, junto a un árbol viejo y seco. Se encontraba la planta que tanto había buscado: Sus hojas verdes y puntiagudas, dan razón a la sutileza con la que se trata a este ser. Juntamente su fruto: ¡como la maza de un guerrero!, ¡defiende a su madre!, ¡protege el secreto! Me acerque lentamente, cada vez me encontraba más cerca de ella. ¡Así se me presentó! Sin aviso, ni señal alguna: Una Vieja bruja: vestía esta con ropas andrajosas de color marrón, delgados y blancos cabellos inundaban su cabeza, su piel arrugada asimilaba a viejos pergaminos, sus ojos rellenos de malicia y astucia miraban fijos hacia el rio. 

Vivía junto con la planta. Ella misma no era un ser independiente de la datura, estaba sentada en el mismo lugar, compartían tiempo y espacio. Aquella escena me pareció de lo más extraña.

Decidí rodearla, tratar de captar toda su dimensión: Así vi como su columna vertebral se entremezclaba en una sola masa con las raíces de la planta. 

Así sin aviso previo escuche la voz seca, lúgubre y áspera de la bruja.

   ¿Para qué me busca? ¿Para el bien, o para el mal?

No supe que responderle, por un momento pensé que era una pregunta criptica.

   Supongo que la busco para el bien, quiero conocer, entrar en una nueva etapa.

Ella pareció inerte por un instante, con su mano fantasmal atravesó el fruto de la datura, extrajo de el una especie de plasma, la planta no se vio afectada en lo más mínimo, es más, parecía gozosa de entregar su esencia a la bruja. 

Al final llevo ella a su boca la extraña sustancia: ¡Abrió sus ojos repentinamente! Tal como si una tormenta eléctrica se desatara por todo su cuerpo. Así después de este pequeño éxtasis, tornó su cabeza hacia el cielo; asintió lentamente como si acabara de ser autorizada por la madre luna. Así se dirigió nuevamente a mí.

   Ella no me ha prohibido dirigirme a usted. 

   Así como la vida muere todas las noches, se entrega a los sueños el cuerpo en estado profundo. Así las semillas de mi ser, el cual he conjurado con la planta; podrían hacerte viajar. 

La bruja se tambaleaba de acá para allá, mientras me decía estas palabras:

   El corazón palpitará y correrás por un largo pasadizo, luces de todos colores irán de acá para allá, como si fueran locos cometas. ¡Los brujos en profundo eco!: Se repite por el infinito el antiguo y secreto mantra: Debes hacer tu propia canción, la música deberá provenir de ti mismo, ¡Ni luz! ¡Ni oscuridad!: Ambas son solo grados en una escala infinita. ¡Pa… pa… pa… pa… ¡Pa…! ¡Buee...! Repite el sonido hasta que el mismo sirva como una escalera hacia el más básico de todos los pensamientos. 

Todo al principio me pareció indescifrable, ¡pero aun así! hube de sentirme como un niño cautivado por una bella canción de cuna. 

La bruja acerco hacia mí su mano, ofreciéndome la gelatinosa sustancia extraída del fruto de la datura. La tuve ya entre mis labios, la probé: Su sabor era extraño, acre y áspero. El cielo se tornó rosa y cálido, era como estar consciente en un extraño sueño, Mas mantenía aun conexión con la realidad: sabía quién yo era, sabía dónde era que yo estaba, sabía que todo era producto de la datura fantasmal. ¡El límite entre las montañas y el cielo!, ¡el contraste entre el cielo y la tierra!
Escuche nuevamente la voz áspera y extasiada de la bruja.

   ¡ja… ja… ja…! ¡No temas cerrar los ojos!
Al ella decirme esto, baje de súbito mis parpados. Y las imágenes comenzaron a danzar: Había allí patos y bellos peces de colores moviéndose rítmicamente al son de los latidos de mi corazón.
Todo al principio fue total confusión, las imágenes venían de acá para allá, sin ningún sentido aparente. Tras un lapso sin tiempo, todo se concretó en un bello jardín: En el centro de este; una hermosa y simpática fuente. Pequeños patitos en fila tras de su madre iban por el suelo. Me acerco a la fuente, y vi en ella hermosos peces. 

El ambiente de este lugar era algo realmente peculiar, era más bien como un mundo al margen de la realidad: A lo lejos se percibía un eco lejano, ¡Todo había de sentirse tan fantástico! Como si en ese universo lo único que existiera fuera yo, y ese misterioso jardín. ¡A veces dotado de un extraño sentido; de leve vibración!, ¡y en otros desprovisto de vida, o razón! Pero aun así, tuve que sentirme a gusto. Cerca del jardín se encontraba una residencia: Extraños seres tuvieron que habitarla.

Me dirijo hacia ella, como si fuera llamado por un ente en el interior de la casa. Al traspasar el portal de entrada, figuras fantasmales iban y venían; sus retorcidos y atormentados rostros me causaron escalofríos.
Seguí caminando, tratando a toda costa de ignorarlos. Voy por el pasillo principal, a mi lado derecho se abre una puerta, de la cual sale una figura esquelética caminando lenta y rítmicamente, la cual se pierde nuevamente al entrar en la puerta izquierda. 

A lo lejos diviso una gran silla, como si fuera el trono de aquella gótica mansión. En ella sentado un enorme duende: Hermosas Hadas acarician sus orejas, sus mejillas regordetas y el rostro sonriente. Así se dirige a mí con voz suave, un tanto rasgada pero feliz y fascinante.

   El rey duende: He visto muchos viajeros por estos lados, todos vienen acompañados del miedo y la desconfianza. ¡Pero a ti te ha traído la bruja! Cosa que es de rescatar.
No pude menos que sentirme intimidado ante aquel ser, y le respondí tímidamente.

   Explíqueme mi señor, ¿Qué lugar tan extraño es este?
El entrecerró sus ojos, volteó a verme con aires de desconfianza y contesto a mi pregunta con suma paciencia, pero con un tono de ironía.

   La vida de los humanos puede a veces llegar a convertirse en un mar de sin sentidos, las emociones y pasiones los esclavizan, y no se percatan de lo extraño y maravilloso que es el mundo, el universo y la totalidad misma.

   Como vez, no admiro nada en el mundo de los hombres, el sentido de la vida se encuentra en los colores de las plantas, en el aleteo de las mariposas, en las hermosas puestas de sol. 

   Tú vienes de un mundo en ruinas, donde los altos edificios te impiden ver; donde las casas se alzan como prisiones, y donde en trabajo se ha convertido en un martirio.

Ahora sigue con nostalgia en sus ojos.

   Hubo una época en donde ustedes fueron libres y felices, una época simple y armoniosa. Oíais el cantar de las aves, seguíais las rutas de los ríos, el amor lo encontrabais en cada estación.

   Pero ahora duerme pequeño niño, que este mundo es solo una ilusión para ti.

Así desperté del sueño de la datura. La bruja había desaparecido, el rio fluía junto a mí, y el ambiente árido de aquella noche fría incitaba a la nostalgia por aquellos días en los cuales corría por la sabana.