Se encuentra
en una esquina observando fijamente un delgado rayo de luz solar.
El Monstruo.
Hace ya varias horas que vengo contemplando esa vieja casa abandonada: hay
en ella algo que me llama con intriga.
Me decido pues a entrar, me recibe un ambiente lúgubre; ¡muerto!, de olor a
antiguo y olvidado.
¡Cada esquina!,¡cada pared da gritos de dolor!, ¡de un dolor que sólo
pueden captar las más profundas almas!, ¡un dolor, que aunque quizá este en mi
interior; no me es posible interpretar!
Entro en una de las habitaciones, y hay en ella sólo viejos colchones y el
típico moho de las zonas olvidadas.
Me dedico a recorrer aquel maléfico lugar, y tras un rato advierto una
puerta entre abierta, me acerco temeroso y fatuo.
En su interior encontré entre los viejos libros, y las pociones prohibidas;
a un tranquilo inquilino; el cual sonreía a solas, acariciando con dedos
frágiles a sus propias ideas.
Así le pregunto confuso.
-¿Quién eres? ¿Qué ha pasado aquí?
-¿Porque no sales a contemplar el bello día?
Asoma un rayo de luz solar por un hueco entre las hendiduras de una ventana
cerrada con tablas de madera. El mira fijamente su fino resplandor y me dice.
- ¿Salir?
Al decir esa palabra una sonrisa irónica se dibuja en su rostro, así le
digo.
- ¡Sí! salir, sal a experimentar las emociones, ¡a conocer!, ¡a no temer!
Torna su rostro hacia mí: me dice con voz profunda y labios secos y
corrugados.
- ¡A que he de salir!: ¿Acaso me pides que sufra? el amor no se hizo para
los seres como yo.
- Prefiero amar a una idea; que a un ser humano. El amor no es una solución
a mis males, ¿O es quizá la solución a todos ellos? ¿Qué importa ya?
- ¡Sabes! si he entrado aquí es porque ya he intentado amar: ¡nunca jamás
uno debe amar y entregar su corazón! ¡La vida es una dialéctica entre el amó y
el esclavo!
- y es aún más terrible cuando por amor decides entregarte a la esclavitud.
- ¡Sabes!
- no hay mejor forma de ser amado, ¡que ser un cobarde!; un cobarde es
quien busca dominar y muestra en su desinterés he indiferencia la importancia
que él tiene; ese es el secreto del amor que todos sienten.
(Así le sigo preguntando a este ser, que a pesar de vivir en esta mansión
de olvido, es capaz de descifrar el misterio del amor).
- ¡Pero! ¿cómo no amar de esa forma? ¿Existe un amor en pureza?
(El me responde casi con lágrimas en sus ojos).
- Como te he dicho antes: el amor de las pasiones y condiciones, de los
medios y los arquetipos, de los estereotipos, de los sueños y aspiraciones.
- Este amor siempre tiene dentro de sí; un amo y un esclavo.
- ¡Te invito a tomar una copa! espero gustes de los vinos fuertes; aquí la
vida, tiene un toque de amargo y excitante: ¡Así es todo vino fuerte!
(Una media sonrisa se dibuja en su rostro, y me extiende hacia mí una
copa).
- ¡Toma! ¡Y bebe despacio! ¡Que tu garganta no se vea irritada!
- ¡Así! este amor que soñamos nosotros los poetas y los locos; ¡poco tiene
que ver con lo que tú conoces!
- No busca la pena, pero tampoco posee la gloria.
- ¡Y si! ¡haz adivinado! parte de mis palabras son dichas por el
resentimiento, quizá otras también por el conocimiento, y otras cuantas, por la
sabiduría.
- Pero lo que hay siempre tras la desilusión; es el no encontrar lo que
buscamos, ¡por eso, es que no he nacido para el amor! ya que nadie es capaz de
ver en mi lo que busca.
- ¡No es que yo no pueda amar!; sino más bien, que no puedo amar de esta
otra forma, en la que me convierto en amo y señor de ese amor.
-Y sí me preguntas que postura es la del que más ama, te diré que es la del
esclavo, Y también este secreto:
No es posible amar, si no eres esclavo, este es el único que puede
permitirse el amor: ya que el amo está en permanente alerta: siempre cuidando
no perder su postura, su equilibrio; y así es como olvida amar, y así es como
también es certero al ver las fallas y defectos; y lentamente se desilusiona y
muere.
- Y he aquí una pregunta.
¿Qué haces aquí? ve a vivir, sal de esta mi fría prisión, aquí sólo hay
espacio para los viejos libros y las velas a medio quemar.
(Así salí de aquella casa abandonada, no sabiendo si aquel ser allí moriría
en la total y oscura soledad, o si yo mismo era quien encontró nada más un
espejo y se vio reflejado en el).
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