sábado, 25 de julio de 2015

El Monstruo

Un hombre llega a una casa abandonada, en donde encuentra a un extraño inquilino.
Se encuentra en una esquina observando fijamente un delgado rayo de luz solar.






El Monstruo.

Hace ya varias horas que vengo contemplando esa vieja casa abandonada: hay en ella algo que me llama con intriga.

Me decido pues a entrar, me recibe un ambiente lúgubre; ¡muerto!, de olor a antiguo y olvidado.

¡Cada esquina!,¡cada pared da gritos de dolor!, ¡de un dolor que sólo pueden captar las más profundas almas!, ¡un dolor, que aunque quizá este en mi interior; no me es posible interpretar!

Entro en una de las habitaciones, y hay en ella sólo viejos colchones y el típico moho de las zonas olvidadas.

Me dedico a recorrer aquel maléfico lugar, y tras un rato advierto una puerta entre abierta, me acerco temeroso y fatuo.

En su interior encontré entre los viejos libros, y las pociones prohibidas; a un tranquilo inquilino; el cual sonreía a solas, acariciando con dedos frágiles a sus propias ideas.

Así le pregunto confuso.

-¿Quién eres? ¿Qué ha pasado aquí?

-¿Porque no sales a contemplar el bello día?

Asoma un rayo de luz solar por un hueco entre las hendiduras de una ventana cerrada con tablas de madera. El mira fijamente su fino resplandor y me dice.

- ¿Salir?

Al decir esa palabra una sonrisa irónica se dibuja en su rostro, así le digo.

- ¡Sí! salir, sal a experimentar las emociones, ¡a conocer!, ¡a no temer!

Torna su rostro hacia mí: me dice con voz profunda y labios secos y corrugados.

- ¡A que he de salir!: ¿Acaso me pides que sufra? el amor no se hizo para los seres como yo.

- Prefiero amar a una idea; que a un ser humano. El amor no es una solución a mis males, ¿O es quizá la solución a todos ellos? ¿Qué importa ya?

- ¡Sabes! si he entrado aquí es porque ya he intentado amar: ¡nunca jamás uno debe amar y entregar su corazón! ¡La vida es una dialéctica entre el amó y el esclavo!

- y es aún más terrible cuando por amor decides entregarte a la esclavitud.

- ¡Sabes!

- no hay mejor forma de ser amado, ¡que ser un cobarde!; un cobarde es quien busca dominar y muestra en su desinterés he indiferencia la importancia que él tiene; ese es el secreto del amor que todos sienten.

(Así le sigo preguntando a este ser, que a pesar de vivir en esta mansión de olvido, es capaz de descifrar el misterio del amor).

- ¡Pero! ¿cómo no amar de esa forma? ¿Existe un amor en pureza?

(El me responde casi con lágrimas en sus ojos).

- Como te he dicho antes: el amor de las pasiones y condiciones, de los medios y los arquetipos, de los estereotipos, de los sueños y aspiraciones.

- Este amor siempre tiene dentro de sí; un amo y un esclavo.

- ¡Te invito a tomar una copa! espero gustes de los vinos fuertes; aquí la vida, tiene un toque de amargo y excitante: ¡Así es todo vino fuerte!

(Una media sonrisa se dibuja en su rostro, y me extiende hacia mí una copa).

- ¡Toma! ¡Y bebe despacio! ¡Que tu garganta no se vea irritada!

- ¡Así! este amor que soñamos nosotros los poetas y los locos; ¡poco tiene que ver con lo que tú conoces!

- No busca la pena, pero tampoco posee la gloria.

- ¡Y si! ¡haz adivinado! parte de mis palabras son dichas por el resentimiento, quizá otras también por el conocimiento, y otras cuantas, por la sabiduría.

- Pero lo que hay siempre tras la desilusión; es el no encontrar lo que buscamos, ¡por eso, es que no he nacido para el amor! ya que nadie es capaz de ver en mi lo que busca.

- ¡No es que yo no pueda amar!; sino más bien, que no puedo amar de esta otra forma, en la que me convierto en amo y señor de ese amor.

-Y sí me preguntas que postura es la del que más ama, te diré que es la del esclavo, Y también este secreto:

No es posible amar, si no eres esclavo, este es el único que puede permitirse el amor: ya que el amo está en permanente alerta: siempre cuidando no perder su postura, su equilibrio; y así es como olvida amar, y así es como también es certero al ver las fallas y defectos; y lentamente se desilusiona y muere.

- Y he aquí una pregunta.

¿Qué haces aquí? ve a vivir, sal de esta mi fría prisión, aquí sólo hay espacio para los viejos libros y las velas a medio quemar.

(Así salí de aquella casa abandonada, no sabiendo si aquel ser allí moriría en la total y oscura soledad, o si yo mismo era quien encontró nada más un espejo y se vio reflejado en el).

No hay comentarios:

Publicar un comentario